Turistas y vecinos de la ciudad de Carhué se llevaron una gran sorpresa en pleno febrero: debido a las bajas temperaturas de los últimos días, el sulfato del lago Epecuen se cristalizó y gran parte de la costa se cubrió con “nieve salada”, como la llaman en el lugar.
Este fenómeno es habitual en la temporada invernal y responde a la alta salinidad del espejo de agua, que es 10 veces más salado que el mar y solo se compara con el Mar Muerto.
Esta composición hace que las aguas del lago Epecuén sean ideales para tratamientos de relax, belleza y bienestar.
Durante este fin de semana de Carnaval, Carhué volvió a ser uno de los destinos más elegidos con ocupación plena y gran convocatoria en las actividades y excursiones programadas para recorrer las ruinas de la Villa Epecuen, conocer la comunidad judía de Rivera, disfrutar de la naturaleza y el turismo rural.
Fuente: La Nueva Provincia
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